a las puertas llegué
del banco de santander
a llorar
pedir clemencia
postrarme ante tus pies
¡que era mi pena una urgencia!
pero no me dejaste pasar
tus puertas
sollozando me quedé
mirando tu cristalera
que ausente reflejaba
los humos de la ciudad
mi rostro lleno de lágrimas
y las gentes de la ciudad
que sin fijarse en mí pasaban
y no me dijiste nada no
mi banco de santander
no me dejaste pasar
y era mi pena una urgencia...
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