viernes, 30 de mayo de 2014

FESTIBARRIO 2014

FESTIbarrio 2014
Este sábado 31 de mayo tendré el inmenso honor de participar en el FESTIbarrio 2014 que organiza la Asociación de Vecinos de Barrio Zofio y Culturas Unidas (y mi colega Iván Rafael, que es quien me invita por segundo año consecutivo).

El año pasado fue un goce y disfruté compartiendo poesía y primavera con la gente excepcional de barrio Zofio, en el distrito de Usera de Madrid... Pero es que este año hay muchas más actividades pensadas para todos los públicos y todos los gustos.

Mi aportación a esta fiesta será un recital poético que intentará ser divertido a la par que reivindicativo. Compartiré escenario con poetas de gran nivel como Quino Romero & Carlos Torrico (Proyecto Genóma Poético) y el propio Iván Rafael, que recitarán a eso de la una menos cuarto del mediodía; y ya por la tarde Juan Carlos Pérez Medina -en torno a las siete- y yo mismo -que leeré a las cinco y media aproximadamente... Y entre medias, y antes, y después de nosotros todas las actividades que aparecen en el cartel.

Lo pasaremos bien, si te apetece allí [calle Ricardo Beltrán y Rozpide - Metro Plaza Elíptica] nos vemos.

jueves, 29 de mayo de 2014

CONTROLADO

nos hablan de fascismo de dictaduras del muro de berlín
nos hablan de la edad media del imperio chino del absolutismo
pero yo me siento controlado hoy: hoy: hoy más que nunca
sabiendo que un vigilante
escruta en mi ordenador
y guarda copia
de estás cuatro líneas

martes, 27 de mayo de 2014

DESHIELO

Nos quedamos bastante sorprendidos cuando apareció por la puerta del taller de animación Walt Disney. «¡Por fin ha llegado la primavera!», dijo. Luego, «Dadme un papel y un lápiz». Y por fin: «¿Qué hace una máquina de escribir unida a la televisión? ¡Venga, apartadla de aquí y a trabajar!" Por cierto, que el aire acondicionado no funciona, pero paso de decir nada. Mejor mañana si eso...

domingo, 25 de mayo de 2014

MALA SUERTE

Una mujer, Janeth Beltrán Martínez, muere en el hospital de Toledo tras cuatro horas sin ser atendida. Ese mismo día se disputó la final de la Champions League entre Real Madrid, que resultó ganador, y Atlético de Madrid. Al día siguiente se celebraron elecciones al parlamento europeo.

qué mala suerte janeth es morirse
el día de la final de la champions
janeth beltrán nicaragüense
treinta años
falleció en el servicio de urgencias
de un hospital toledano
recortado de personal
por exigencias de europa

qué triste janeth es morirse
mientras absorta la gente canta
los goles de futbolistas
profesionales
cuentan que tú te morías entretanto
gimiendo
que me duele mucho la cabeza
que no veo nada

qué desgracia janeth es morirse
en la jornada de reflexión
de unas elecciones
europeas -
como la copa - como la troika
cuando ya se han acabado las promesas
cuando las cámaras ya no filman
cuando no quedan golpes de pecho

qué catástrofe fatal janeth es morirse
en una sala de espera
echaba una saliva sospechosa
la pusieron sobre una camilla
la metieron en una pequeña habitación
comenzaron a entubarla
se le paró el corazón
no respondió al masaje cardiaco

y

qué mala suerte
gol
qué tristeza
fue un gran partido
qué desgracia
depositen su voto
qué catástrofe
lo importante es que haya una alta participación
qué fatalidad

viernes, 23 de mayo de 2014

CERCA DE LAS ESTRELLAS

Quedaban apenas diez minutos para que el partido terminara y todo estaba en manos, o mejor dicho en pies, de aquellos extraños tipos.

- Míster, ¿qué están haciendo esos dos? ¡Nos estamos jugando la vida!
- No te preocupes, saben lo que hacen…- Mentí.

Porque no tenían ni idea, o eso parecía. A los dos los había fichado el presidente gracias a no sé qué chanchullos en Oriente Medio con no sé qué empresas de no sé qué jeque. Y me daba igual. Al fin y al cabo el trabajo de un entrenador es así: pasa por un equipo, hace lo mejor que puede, y en dos o a lo sumo tres temporadas ya está fuera. El fútbol es un deporte cruel en el que sólo cuenta el presente, y eso no hay nadie que lo pueda soportar. Así que si el presidente me ficha dos árabes de dieciocho años pues me parece bien. Y si los tengo que alinear pues los alineo. Y si nos estamos jugando el ascenso a segunda división pues no pasa nada. Además, que el presidente ya me advirtió que tenía que exhibirlos en los partidos importantes, para ver si los podía vender cuanto antes por la millonada que no le habían costado. Así me lo dijo:

- Exhíbalos, sobre todo en los partidos importantes. Y hable bien de ellos a la prensa
- Sí, señor… por cierto, ¿se sabe algo de mi renovación?
- Renovación, renovación, todos sois iguales… Usted ascienda al equipo, que mi dinero me ha costado y asegúrese de que el año que viene estemos en segunda división, muchos negocios dependen de eso. Y después ya hablaremos. ¿Ha recibido alguna oferta?
- No
- Recuerde que, si recibiera una oferta, el cincuenta por ciento del traspaso es mío, no se le vaya a olvidar. Si le ofrecen algo me llama inmediatamente, ¿entendido?
- Sí
- ¿Cómo está el equipo, ganaremos?
- Creo que sí
- Bueno, bueno, esperemos que así sea…

El caso es que ya sólo quedaban cinco minutos y mi futuro, el del equipo y el de los futuros negocios del señor presidente dependían del genio de los hermanos Abdelsaúd. En mi vida había visto pareja de delanteros más obtusa e incapaz. Y eso que he visto muchos jugadores pésimos, no en vano he sido despedido de seis equipos en mi vida: cuatro en tercera división y dos en segunda b. Pero es que daba la impresión de que aquella era la primera vez que jugaban: apenas tocaban el balón lo echaban fuera de una patada y no respondían a las llamadas ni a las broncas del resto de compañeros quienes, poco a poco, optaron por abstenerse de pasarles la pelota. Eran un desastre total. Al menos el otro equipo era aún peor que nosotros, y su tridente de atacantes surcoreanos no parecía muy efectivo tampoco. Todo nos avocaba al cero-cero, lo cual nos impediría subir de división. Era mi ruina; ya me veía en la cola del paro otra vez, y la bronca de mi mujer, y el runrún de los vecinos cotillas, y… Tenía que hacer algo y tenía que hacerlo ya, pero mis recursos de entrenador no valían entonces para más. Me preguntaba ¿qué harían los entrenadores de primera división ante un caso así? ¿Qué dirían? Porque yo no decía nada: escondido en el banquillo me limitaba a mirar a los hermanos con todo el odio que podía acumular, concentrando sobre ellos todas mis fuerzas para ver si así, aunque fuera telepáticamente, les trasmitía parte de la vergüenza que yo estaba sintiendo y hacían algo. Les miraba y les miraba, pero nada. Mi odio crecía hacia todos ellos, hacia el presidente, hacia el árbitro -a pesar de que el pobre diablo no tenía culpa de nada, pero me salía así por costumbre.

Sin embargo algo inesperado y espeluznante estaba a punto de ocurrirme. Tan espeluznante fue que hasta hace apenas un par de semanas no he podido contárselo ni a mi mujer y, si ahora lo hago, es porque usted me pide que se lo cuente, y así lo hago. Les ruego que no se burlen de mí ni se rían, porque no es ninguna broma. Esto sucedió:

Como digo, estaba odiando al mundo en general y a los nuevos fichajes en particular cuando, en medio de aquellos funestos pensamientos, se coló una voz. Una voz, sí, de uno de los hermanos Abdelsaúd además. Me dijo:

- No se preocupe entrenador, no nos odie. A fin de cuentas no somos futbolistas.

Miré a mi alrededor por si se trataba de una broma. No lo era. El resto de suplentes y utileros guardaba silencio, pues íbamos a sacar un córner, quedaban tres minutos y la tensión era máxima. Por inercia me hurgué en el bolsillo para mirar el móvil, por si el sonido provenía de allí, lo cual era absurdo porque siempre lo dejaba en el vestuario. Pregunté en voz alta a los chicos:

- ¿Alguno de vosotros ha dicho algo?
- No
- ¿Seguro?
- Yo no
- Yo tampoco
- Ni yo
- No
- Etc…

Entonces lo volví a escuchar:

- Entrenador, somos los hermanos Abdelsaúd. Los dos. Porque los dos somos en realidad la misma persona
- ¿Qué? – Dije en voz alta
- Que yo tampoco he dicho nada – Respondió alguien del banquillo
- Vale, vale, no pasa nada –Respondí- ¿Qué? –Dije esta vez telepáticamente
- Que no somos de aquí
- Ya lo sé, sois del emirato de no sé dónde
- No. No somos de este planeta, somos de un lugar no del todo lejano a esta galaxia, pero en cualquier caso de bastante más lejos de lo que usted pueda imaginar.
- ¿Te burlas de mí?
- ¿Cuánta gente conoce que pueda hablar telepáticamente?
- Ninguna
- Pues eso
- De todas formas, idiotas, os he dicho en el descanso que en los saques de esquina os situéis en uno en el punto de penalty y otro en el segundo palo, ¿dónde leches estáis?
- Lo siento entrenador, no estábamos atentos
- No me lo jures… Moveos más a la derecha, tapad ese hueco
- ¿Qué hueco? Mire míster, el fútbol no nos interesa, hemos venido a la tierra con otros propósitos. Si quisiéramos podríamos marcar los goles que se nos antojaran, pero no podemos malgastar energías: nos reservamos para algo mucho más importante
- ¿Más importante que subir a segunda división?

Justo en aquel momento uno de los hermanos recibió un pase al hueco, pero no se movió. No dije nada, en parte la culpa era mía por entretenerles con tanta charla telepática, pero era otra oportunidad perdida y ya sólo quedaba un minuto, más el descuento. ¡Estábamos perdidos! No me quería ni imaginar lo que me diría mi mujer al llegar a casa. Para rematar, el partido lo estaban televisando por la cadena autonómica y seguramente la inoperancia de mi equipo estaba siendo la comidilla de todo el barrio. Me hundí un poco más en el asiento y traté de quemar mi último cartucho.

- Si sois tan poderosos, demostradlo, marcad un gol ahora y yo os ayudaré con vuestra misión interplanetaria
- ¿Pero qué dice, míster? –Me dijo el masajista, que tenía por costumbre sentarse a mi lado

No respondí. Me limité a repetir mi oferta telepáticamente.

- ¡Ja! ¡Usted no sabe con quién está hablando ni cuál es nuestra misión!
- ¡Y vosotros no conocéis a mi mujer! ¡Ni a mis vecinos! Si lo supierais tendríais compasión… ¡Apelo a la solidaridad intergaláctica propia de estos casos!
- ¿Qué solidaridad intergaláctica?
- Pues… ¡La típica solidaridad intergaláctica, cuál va a ser!
- Mire, entrenador, nosotros hemos venido aquí no en nombre de la solidaridad, ni en son de paz. Somos exploradores del cosmos. Hemos suplantado la personalidad de estos dos pobres desgraciados para poder recorrer mejor vuestro planeta. Y puedo decirle algo: su mundo es perfecto para nuestra especie. Pronto una gran flota de naves atravesará vuestra débil atmósfera y en cuestión de días todos los seres humanos seréis esclavizados para poder proveernos de materias primas agotadas en nuestro planeta. ¿Entiende ahora la gravedad del asunto?
- Pero, ¿por qué aquí? ¿Qué os proponéis? ¿Por qué ahora?
- Es la mejor ocasión, dese cuenta: Este partido está siendo televisado. Cuando termine adoptaremos nuestra forma original y anunciaremos a través del canal autonómico de televisión que una invasión extraterrestre es inminente, que toda resistencia es inútil, aparte de otras instrucciones que ya sabrá a su debido tiempo
- Vale, vale, lo que queráis, de acuerdo, no me importa nada… pero yo sólo te estoy pidiendo que marquéis un gol, tan solo un maldito gol ahora mismo y os ayudaré. En lo que pueda, como pueda. Me ofrezco también como seleccionador de vuestro planeta para el próximo campeonato universal de fútbol. Lo que sea. Pedidme y lo haré… ¡Pero marcad un gol! ¡Demostrad vuestro poder!

Justo en ese momento se interrumpió la conexión: un rugido monumental me sacó del ensimismamiento. Tanto los suplentes como el masajista y el resto de ayudantes se levantaron al unísono y se fueron hacia el límite del campo dando saltos y berridos. El público gritaba como poseído por el diablo. Nos habían pitado un penalty a favor. Miré el reloj del marcador: estábamos en el descuento. Salí del banquillo como de un sueño, todavía tenía en mi mente el típico efecto narcótico de haber tenido una conversación telepática con un extraterrestre. Más que caminar me parecía flotar sobre la hierba. Miré al frente y noté como todo el equipo me miraba, el capitán se acercó corriendo hasta el banquillo y me preguntó, podría decirse que me gritó:

- ENTRENADOR, ¿QUIÉN TIRA EL PENALTY?

Iba a responder que lo tirara él mismo, el capitán, que no había fallado ninguna pena máxima en toda la temporada, cuando al mismo tiempo noté en la nuca unos ojos, una mirada que me estaba atravesando. Alcé la cabeza y vi al presidente en el palco, agitando al viento el brazo derecho en el que humeaba el puro y señalando con el izquierdo a uno de los hermanos. No tenía opción.

- Que lo tiren los hermanos –Dije sin ganas
- ¿QUÉ? ¡ESTÁ LOCO!
- Sí
- Pero, ¿Cuál de ellos?
- Da igual, son la misma persona
- ¿?…

El capitán se encogió de hombros y se acercó corriendo a comunicar mi decisión a uno de los hermanos, quien se dirigió hacia el punto de penalty en medio de un silencio absoluto. El estadio entero se había callado. No se oía nada. Aquellos con buen oído contarían tiempo después que, en aquellos instantes, se podía escuchar el paso del segundero en el reloj del marcador. Los espectadores más inquietos se pusieron de pie, los más tranquilos se comían las uñas y los aquejados de enfermedades del corazón se tapaban el rostro con las manos. Aprovechando aquel mutismo absoluto volví a abrir el canal telepático:

- ¡MÁRCALO, CABRONAZO!
- De acuerdo jefe, pero después nos ayudará
- ¡SÍ, LO QUE QUERÁIS, DESPUÉS OS AYUDARÉ! ¡PERO MÁRCALO! ¡MÁRCALO! ¡MÁR-CA-LOO!

El joven delantero alienígena tomó carrerilla en medio de aquella histeria contenida. Comenzó su carrera, a pasos cortos pero cada vez más rápidos hasta encontrarse con el balón. Chutó, con fuerza y a la cepa del poste derecho, muy bien colocado. El portero rival no obstante, adivinando la intención del invasor sideral y en un alarde de reflejos y elasticidad, se lanzó como impulsado por un resorte hacia ese lado y despejó el balón. El árbitro pitó el final. Habíamos fracasado.

Desde las gradas empezó a caernos una lluvia de objetos diversos, algunos más contundentes que otros. Una botella de cristal abrió la cabeza de nuestro portero suplente, una veloz moneda derribó al masajista y un periódico deportivo aterrizó sobre mi cabeza, esto último sin mayores consecuencias. De todas formas yo, ciego de rabia como estaba en aquel momento, no pude controlar mis instintos: corrí desesperado hacia uno de los guardias de seguridad que estaba esperando al árbitro con un escudo de metacrilato y, aprovechando su descuido, le quité la pistola del cinto. Con ella en la mano seguí corriendo hasta el área rival, donde ambos hermanos intercambiaban camisetas con un par de defensas del otro equipo sin duda como ritual previo a su anunciada mutación. Cuando llegué a su altura no les di tiempo a decir nada, ni siquiera telepáticamente. El primer tiro fue para el hermano que había fallado el penalty, el cual cayó a plomo dentro del área. El segundo fue para el otro ser del espacio antes de que pudiera plantearse ni reaccionar. Su cuerpo quedó inerte sobre el de su hermano en extraña posición puesto que, desde mi perspectiva, los dos cuerpos de torso desnudo parecían un único ser de cuatro brazos.

El resto de jugadores y público, aterrorizados todos tras el sonido de las dos detonaciones, abandonaron el estadio a toda prisa, quedándome yo completamente desencajado, gritando como un demente, junto a la media luna del área hasta que un par de intrépidos policías municipales que había por allí, me redujeron y me llevaron a comisaría. Desde entonces no recuerdo nada, no sé cuánto tiempo llevo en esta celda. Esto es todo lo que recuerdo de aquel último partido y así lo dejo escrito.

Por cierto, díganle al presidente que lamento mucho que acabara despidiéndome y sobre todo que, por favor, me disculpe por haber matado de aquella forma a sus dos fichajes estrella, pero que tuve que hacerlo en defensa propia, por el bien del planeta.

Por lo demás les agradezco su interés y me alegra saber que confían en mí esta temporada. Sé que somos un equipo modesto pero, si se trabaja bien, podemos subir a segunda, se lo garantizo. Y yo, ya ven: yo soy un entrenador experimentado en situaciones difíciles y con mucha ilusión y muchas ganas, el hombre ideal para el puesto. No les defraudaré.

viernes, 9 de mayo de 2014

I FESTIVAL CASTIZO UNDERGROUND

Organizado por Supercoño Fanzine
Este fin de semana participaré en el I Festival Castizo Underground que organizan mis amigos de Supercoño Fanzine y que se celebrará en La Casa de los Jacintos de Madrid. En concretó recitaré una batería de textos el domingo a la las cuatro de la tarde, para animar la jarana rastrillera, en medio de cervecitas y comida popular.

Lo verdad es que te recomiendo que vayas en cualquier momento desde el sábado a las siete de la tarde y el domingo entre la una del mediodía y las once de la noche, que es lo que dura este festival plagado de momentos gloriosos y de artistas locales de gran calidad, como se puede ver en el programa:

Sábado 10 de mayo

Planta de arriba:
- Puestos de fanzines y fotógrafos con Homo VelamineMielda PatiLos ExplosionistasGráficas ToreteLuis ChecaSevanSuSnaveS Fanzine.

Planta de abajo:
19:00. En Busca Del Pasto. Experimental.
21:00. Elías e Ignacio. Teknopunk, música tradicional española
22:00 Verbena Warriors. Reggae-chotis. Hortera Sound System.

Domingo 11 de mayo

Planta de arriba:
- Puestos de fanzines y fotógrafos con Homo Velamine, Mielda Pati, Los Explosionistas, Gráficas Torete, Luis Checa, SevanSuSnaveS Fanzine.
- Cocido madrileño


Planta de abajo:
13:00. Pachita Band. Electrónica-copla.

164:00 Variedades Azafrán. Chotis, tango, electrónica
15:00 Luis Lobo Negro. Rock & roll de Talavera de la reina.
16:00 RECITAL POÉTICO DE ANTONIO DÍEZ

17:00. King Cayman. Monobanda Trash.
18:00 El hombre flipante. Punk acústico.
18:45. Microteatro. Estreno de la obra "Yugoslavia", creador Mau-Mau.
19:30. El club de la Impro.
21:00 Riete tú del Mamma mía. José Sacirs y Guillermina Royo Villanova
21:30 Poesía. Presenta Hipólito García, Bolo.

domingo, 4 de mayo de 2014

¿NADA?

Y digo yo, que es increíble, es increíble... ¿verdad?

Porque, vamos a ver, vamos a ver, vamos a ver... España, "cruce de culturas", eso dicen ¿no? que si cruce de culturas, de caminos, que si millones de personas desde aquí y desde allá, asentándose aquí, en esta península.

Reproduciéndose por generaciones,
fundando pueblos,
levantando dólmenes,
construyendo templos.

Y que luego van llegando otros, y otros, y muchos más. Y casi todos van a los mismo sitios: a la costa mediterránea, a la cornisa cantábrica, a los valles del Ebro y del Guadalquivir. Y después también a las mesetas, y a las montañas, y también a la extremadura. Gente y más gente, asentamientos y más pueblos nuevos. Y nuevas vías de comunicación y contacto: la ruta de la plata, el camino de Santiago, los pasos pirenaicos...

Tartesos, celtas, vetones, romanos
Íberos, cartagineses, visigodos, musulmanes.
Vascones, astures, griegos, fenicios.
Cántabros, flamencos, ilergetas, carpetanos...

Y muchos más.

Por eso digo que es raro. Muy raro. ¿No crees?

Que me parece muy raro que durante las cuatro décadas largas de construcción y burbuja inmobiliaria no han salido, no se han hallado, no se han encontrado -siquiera por casualidad- restos arqueológicos de ningún tipo. ¡Cuando más se ha rasgado, removido y escarbado la tierra!

Nada ni construyendo rascacielos ni centros comerciales.
Ni renovando centros de ciudades.
Ni construyendo metros, aeropuertos u hospitales.
Ni en el trazado de radiales de peaje.
Nada.
Ni en los costosos edificios emblemáticos, ni en los nuevos puertos y canales.
Ni en las villas olímpicas ni en los auditorios rurales.
Ni en casas del obispo ni en las nuevas catedrales.
Ni siquiera en las líneas de ave.
¿Nada?
¿Nada de nada?

Es raro. ¿o tal vez no? ¿O sólo yo lo pienso? Que el coste del enriquecimiento de unos pocos es más de lo que parece, que el daño que no se ve es tal vez mucho mayor que la obscena pobreza que comienza a inundar las calles de España.

viernes, 2 de mayo de 2014

LENGUAS

los hablantes de haketía
ladino judeo español
los hablantes de chabacano
papimento palenquero o chamorro
te dirán
con palabras desplazadas
exiliadas esclavas criollas
:
bienvenido

no contestes
:
abrázalos

su lengua te dirá
lo que han pasado
lo que ha pasado
con ellos
y contigo

(ahora que estás lejos
de casa
y tal vez no regreses nunca)

a partir de hoy
arroja el diccionario
pronuncia como quieras
cambia el orden de las frases
o lo que sea

ninguna lengua generó tantos dialectos malditos
ninguna lengua olvidó tantos sinónimos
ninguna lengua del mundo es tan ingrata

y recuerda
recuerda siempre
siempre
que tal vez no regreses nunca
a esta península maldita
inaudita
recóndita
y
des        
lenguada

que no quiere que regreses quien
arrojó a sus hijos a la mar
después de taparles la boca
y atarlos de pies y manos
-a mayor gloria de los señores
(y del señor)-
...
por los siglos de los siglos...