jueves, 31 de julio de 2014

HOT SUMMER LULLABY

there's no dark
not for me
only light when my baby is asleep

so i beg
beg you please

bring the breeze so my baby can sleep

mother night
not for me
bring the breeze for a baby like this

bring the breeze
beg you please

bring the breeze so my baby can sleep

give me harsh times
give me aches
give me a sharp one sting of a bee

break my peace place
stop my pace
give me another scar on my face

but i beg you
beg you please
mother night
not for me
bring the breeze

bring the breeze so my baby can sleep

domingo, 27 de julio de 2014

GATO -IN MEMORIAM

tengo todavía en la muñeca
la cicatriz de un arañazo que me dio
el gato de mis padres

lleva muerto varios años
y eso es todo lo que queda de él

no dejó deudas ni herencias
no reposa en una tumba
no tiene obra publicada
no está en youtube ni tenía blog

cuando murió no existía facebook
ni twitter ni instagram

no tenía amigos

mucho menos seguidores

no escribió cartas
ningún planeta lleva su nombre
no tiene página de wikipedia

lo cierto es
que aparte de nuestra familia
nadie recuerda su nombre

y yo
hoy yo
quiero ser como él
como aquel gato
:
no quiero dejar nada
nada
morir y ya está
:
y que tan solo queden arañazos
cicatrices profundas
en las muñecas
de quienes se creyeron mis dueños

martes, 1 de julio de 2014

SUPERVIVIENTES

Desde luego ni yo ni nadie, creo, estábamos preparados para la guerra nuclear.

Algo -poco- había oído en las noticias, pero siempre desde lejos ya que mis compañeros de piso me odiaban por ser pobre, feo y desagradable, o eso decían a mis espaldas cuando pensaban que no les oía.

Cada noche se reunían para ver la televisión en grupo mientras yo me escondía en mi guarida, solo. Únicamente emergía de mi letargo por las noches, para comer en silencio las trozos de pizza resecos que los habitantes de aquel piso nauseabundo solían dejar sobre la mesa del comedor.

Así que la guerra me pilló por sorpresa.

Recuerdo estar debajo de la cama, medio dormido, esperando que todos se acostaran, cuando escuché la gran explosión que devastó la ciudad. Después, el ruido de los edificios derrumbándose, los llantos lejanos. Y después el silencio.

Cuando llegó la noche me atreví a salir de mi escondrijo. No se oía nada. La radioactividad era una cortina de lluvia ciega y sorda que caía en esos momentos sobre las ruinas y los cadáveres. ¿Sería yo el único superviviente? Traté de gritar, de pedir ayuda. Vagué entre los cascotes. Pasaron las horas. Amaneció.

De repente algo, entre unos trapos, pareció moverse. No, no estaba solo. Alguien como yo había sobrevivido. Me acerqué. Sí. Nos acercamos. ¡Sí! Nos frotamos mutuamente las antenas y nuestros cuerpos negros cubiertos de polvo se estremecieron. ¡Sobrevivimos! ¡Habíamos sobrevivido!

El mundo, por fin, era nuestro...