viernes, 20 de enero de 2012

ROMANIZACIÓN

Año 138 antes de cristo.

Los romanos llevan ya algún tiempo en la península. No han venido a conocer mundo ni de turismo (¿qué es turismo?). Han venido a conquistar. A por los recursos y a por la riqueza de estas tierras. Nada más. Pero hay un pequeño problema: y es que en estos lares vive gente, gente que estaba aquí desde generaciones haciendo su vida, con su cultura (¿qué es cultura?), sus rituales, sus alegrías, sus penas. Con sus buenos y sus malos momentos, sus idas y sus venidas. A su rollo. Lo que se dice viviendo. Y claro, tarde o temprano tanto romanos como locales están destinados a chocar.

La historia nos cuenta que un jefecillo lusitano llamado Viriato resiste -como Astérix- "ahora y siempre al invasor". Pero sin poción mágica, claro, aunque con algunos éxitos iniciales. Pero Roma, el Imperio, tiene la solución: soborna a varios de sus compañeros -que para eterna vergüenza de sus nombres diré que se llamaban Audax, Ditalcos y Minuros- para que asesinen al incauto de Viriato mientras duerme. Y muerto el perro se acabó la rabia, pensarían los romanos, o lo que es lo mismo: Mortuus canis iratus non iam, o algo así...

Lo gracioso es que cuando estos "amigos" de Viriato van a cobrar su recompensa lo que se llevan en lugar del dinero prometido es esta frase, esta perla de sabiduría imperial: "Roma traditoribus non praemiat", que quiere decir "Roma no paga a traidores". ¡Ja!

Esta sencilla y edificante historia refleja para mí lo que sería la llegada de la civilización a Iberia, la base desde donde se sustentan muchas de las cosas que pasaron en estos pagos a partir de entonces y que se resume en esa breve pero contundente idea: "Roma no paga a traidores". Y ya hablemos de Bellido (o Vellido) Dolfos, de Al-Mu'tamid de Sevilla, de la expulsión masiva de judíos y musulmanes, los últimos años de Quevedo (y de otros muchos artistas), los autos de fe de la santa inquisición, el reinado de Fernando VII, el nobel fallido para Pérez Galdós, Franco y su guerra civil y tantas y tantas y tantas que ahora mismo paso de mencionar, la conclusión, el mensaje viene a ser el mismo: Roma no paga a traidores.

Y así llegamos a hoy, cuando ya preveo la cara de sorpresa de muchos de mis compañeros, de otros muchos trabajadores públicos, cuando más pronto que tarde, llegado el momento de reventar y hacer desaparecer todo rastro de lo que eufemísticamente fue llamado estado del bienestar, piensen, o digan, o incluso manifiesten, que siempre fueron buenos funcionarios, que trabajaron abnegadamente por el bien de todos. Y será verdad, claro. Y cuando luego, o antes, o a la vez, otros miles, millones de ciudadanos sean conscientes y digan de que ellos no, ellos nunca, que ellos jamas cometieron una falta: madrugaron, trabajaron, pagaron impuestos, respetaron señales de tráfico, no lanzaron piedras contra bienes ajenos, ni contra la policía, no robaron pilas en el supermercado, no hicieron mal a nadie y que por qué, por qué, por qué ellos, por qué a ellos que siempre fueron buenos, votaron, creyeron, siempre colaboraron, siempre obedecieron. ¿Es éste el pago que merecemos por nuestro sacrificio, por nuestro esfuerzo? ...

Pero entonces, ¡ah entonces! entonces ya sabremos la respuesta, porque siempre hubo, todavía hay, un ellos y un nosotros. Y Roma no paga a traidores.

3 comentarios:

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  2. Historias de atrás y vuelta

    Viriato ha muerto
    Servilio no paga
    y tú a pactar Táutalo,
    Lusitania romana

    los libros destacan
    urbano y calzada
    en Vía de la Plata
    peculio hacia Roma
    el pueblo a callada

    nos recuerda Bertolt
    la historia pequeña:
    quién a mina baja,
    qué engorda a los jefes,
    qué aquí jefecillo
    cogiendo migajas

    Almadén ultraje
    artesano a alfar,
    escribiente y toga
    cuenta el funcionario
    de Hispania romana
    pasar pasa nada

    muere la República,
    y con decir Murphy,
    la cosa se agrava,
    te traen el Imperio
    provincia romana
    entierran falcata
    y a los más a nada

    pienso en lo antes dicho
    y otra historia cuadra,
    cosas de mayores
    batallas pasadas,
    si te canso dejas
    si te intrigo avanza

    pasó en otro tiempo
    nació un Espartaco,
    en Tracia, hoy Bulgaria,
    el hombre en esclavo
    como cosa acaba,
    la nariz le inflan
    el tracio levanta
    empuña la espada,

    el patricio ordena
    temor al plebeyo
    el esclavo ataca,
    terror los segundos
    se frota el primero
    no duda, a por ellos

    es el Craso jefe
    quién a esclavos mata
    en Guerras Serviles,
    no una son varias

    añitos más tarde
    cincuenta y más nueve
    sin era cristiana,
    el Craso en el historia
    aspira a ser cónsul
    pactando triunviro
    con Pompeyo y César
    el de Cleopatra,
    sin mediar enmienda
    elección finada
    el tío va y gana

    nació Crasocracia,
    gruesas pretensiones
    prebendas ganancias
    de pastel se queda
    de reparto tierra ajena
    a quien la legión manda

    me recuerdan estas cosas
    recientes sucesos
    en la hoy Hispania

    el imperio más aprieta
    la Piel de Toro se aguanta
    los funcionarios se callan
    frente a otra legión, la banca
    con votos de punto y cracia

    ahora vienen a por ti
    a ver qué dices que hiciste,
    se nos repite la Historia
    sin remisión ni batalla

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  3. alucinante rafael, menudo cantar de gesta te has marcado... un abrazo!!

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