La cosa fue más o menos así:
- Antonio, ¿quieres ser árbitro de un combate poético?
- No
- ¡Venga! ¿Por qué no?
- Porque seguro que se escapa alguna hostia y me da a mí... ¿Tú crees que me atrevo a decir en público quién ha resultado ganador de una historia así? ¿Tú eres consciente del tamaño del ego de los poetas?
- ¡Que no! Que tú no decides nada, será el público... Tú simplemente presentas y moderas, y la gente que venga a verlo decidirá quién gana... ¿Te apunto entonces?
- No
Pero pasado un rato pienso: ¿árbitro de un combate poético? Que cosa tan rara... En mi vida he hecho nada parecido... Esto es, como diría Foster Wallace, algo supuestamente divertido que nunca volveré a hacer... ¿Lo hago o no lo hago? ...Pues claro, por qué no... Otra experiencia (extraña) más...
- ¡Oye!
- ¿Qué?
- Que venga, sí. Apúntame. Ya tenéis árbitro.
- Genial. La velada tendrá lugar en THE LIVING ROOF, costanilla de San Vicente 4, en Malasaña a eso de las cinco de la tarde del domingo 17 de febrero, ¿vale?
- Vale... pero, ¿Y quién participa? ¿De qué va todo esto?
- Te paso un enlace y lo lees tranquilamente mejor...
- Ajá
Y éste es el enlace:
http://www.larepublicacultural.es/article6688.html
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