miércoles, 1 de febrero de 2012

SOBRE LOS NORTEAMERICANOS CAÍDOS EN ESPAÑA

Como cada mes de febrero, este año se volverá a conmemorar la Batalla del Jarama con una marcha a pie por los escenarios de combate. Para esta ocasión me han pedido que traduzca un texto de Ernest Hemingway, con vistas a ser leído durante esta marcha memorial y en homenaje a todos los norteamericanos que allí combatieron (y murieron) y, por extensión, a todos los voluntarios internacionales y españoles que lucharon contra el fascismo en aquella terrible guerra:



* * *

Helados yacen los muertos esta noche en España. La nevada resopla entre los olivares, filtrándose entre las raíces de los árboles. La nieve se apila sobre montículos en forma de pequeños cabeceros de cama (cuando había tiempo para cabeceros). Los olivos aparecen delgados bajo el viento frío porque sus ramas más bajas ya fueron cortadas para cubrir tanques, mientras los muertos yacen helados en las suaves colinas en torno al río Jarama. Hacía frío aquel febrero cuando allí murieron y desde entonces los muertos no han notado los cambios de estación.

Hace hoy dos años desde que el Batallón Lincoln resistiera durante cuatro meses y medio a lo largo de los altos del Jarama, y desde que el primer norteamericano muerto acabara formando parte de la tierra española, hace hoy ya bastante tiempo.

Helados yacen los muertos esta noche en España y helados yacerán todo este invierno, bajo la tierra que duerme con ellos. Pero en primavera vendrá la lluvia a revitalizar de nuevo los campos. El viento silbará suave desde el sur, sobre las colinas. Los árboles ennegrecidos revivirán con sus pequeñas hojitas verdes y florecerán los manzanos alrededor del río Jarama. Esta primavera los muertos sentirán que la tierra resucita.

Porque nuestros muertos son ya parte de la tierra española y la tierra española no puede morir nunca. Cada invierno parecerá morir y cada primavera resucitará de nuevo. Nuestros muertos vivirán con ello para siempre.

Precisamente porque la tierra no puede morir nunca, tampoco lo harán aquellos que, de vuelta a la esclavitud, alguna vez se hayan sentido libres. Los campesinos que trabajan la tierra donde nuestros muertos ahora yacen saben por lo que estos murieron. Durante la guerra tuvieron tiempo para aprender esas cosas y tienen la eternidad por delante para recordarlas.

Nuestros muertos viven en los corazones y en las mentes de los campesinos españoles, de los obreros españoles, de toda la gente sencilla y buena que creyeron y que lucharon por la República Española. Y mientras nuestros muertos vivan en tierra española -y vivirán allí tanto como viva la tierra- ningún régimen de tiranía podrá triunfar en España.

Los fascistas podrán extenderse por el país, arrasando a su paso con la fuerza del metal traído de otras naciones. Podrán avanzar ayudados por los traidores y los cobardes. Podrán destruir ciudades y pueblos y tratar de mantener a la gente esclavizada. Pero no se puede mantener a nadie esclavizado.

Los españoles se levantarán otra vez como antes siempre se alzaron contra toda tiranía.

Los muertos no necesitan levantarse. Ahora forman parte de la tierra y la tierra nunca podrá ser conquistada. Porque la tierra resiste siempre. Sobrevive a cualquier tipo de tiranía.

Aquellos que fueron sepultados en ella -y nadie nunca antes fue sepultado en la tierra con mayores honores que aquellos que murieron en España- ya han alcanzado la inmortalidad.

Ernest Hemingway (1939)

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