Esto me lo contó mi padre:
Me dice que estaba una tarde en la plaza del aparcamiento de El Arroyo, la de enfrente de la biblioteca, hablando con un amigo suyo: que si tal que si cual... charlando, me dice.
De repente, mientras hablan, ven salir de la biblioteca un tipo con un carrito lleno de libros. Un carrito de esos de supermercado. El tío camina despacio y, como lleva el carro lleno de libros de diferentes tamaños, avanza con tiento para no tropezar con la multitud de trampas que tiene una acera. Poco a poco consigue llegar a los contenedores soterrados de basura y empieza a tirar libros al buzón azul: papel.
- ¡Eh, eh! -le gritan los dos, mi padre y su amigo- ¡EH!
- ... (Ni caso)
- ¡Eh, oiga! ¿Pero qué hace?
- ¿Cómo?
- Que qué hace, tirando libros
- Sí, tirando libros
- ¿Pero está usted loco?
- No se preocupen: soy de la biblioteca
(De la biblioteca municipal de El Arroyo, en Fuenlabrada, añado yo, para ignominia de nuestra ciudad)
- ¿Pero por qué tira libros a la basura? No los tire
- Son libros inútiles, libros viejos
- No los tire
- Es que hay que tirarlos. Espurgo.
- No los tire, haga el favor, hay mucha gente que les podría dar uso
- Bueno si ustedes quieren se los doy, no se pongan así
- Pues claro, para tirarlos nos los llevamos nosotros
- Pero llévenselos, ¿eh? No me los dejen por ahí tirados
- ... (Ni caso)
Y se los llevaron, claro.
Un par de días más tarde de esta historia, fui a casa de mis padres a hacerles una visita. Al llegar saludo a mi padre, que luego me cuenta esto mismo que acabo de contar yo.
- Joder papá... Libros inútiles dice -Y examino el montón de libros: Dostoievski, Charles Dickens, Miguel Enesco...
- Eso decía el tío
- Y se deshacen de estos libros para meter libros nuevos, supongo... -E imagino: Libros de cocina de Arzak, Premios Planeta, Alfonso Ussia...
- No sé, el tío los estaba tirando a la basura... Cuando nos dimos cuenta el tío ya había tirado un montón... Y como ahora los contenedores están enterrados no pudimos salvar más que estos. Algunos me los quedé yo, otros A.
- ¡Joder!
- Sí, ¡JODER!
- Y si no hubiera contenedor, ¿qué hubieran hecho? ¿una quema de libros en la plaza?
- Yo qué sé...
- ¡Pues: Joder!
- Sí, ¡JODER!
...traigo
ResponderEliminarsangre
de
la
tarde
herida
en
la
mano
y
una
vela
de
mi
corazón
para
invitarte
y
darte
este
alma
que
viene
para
compartir
contigo
tu
bello
blog
con
un
ramillete
de
oro
y
claveles
dentro...
desde mis
HORAS ROTAS
Y AULA DE PAZ
COMPARTIENDO ILUSION
ANTONIO DIEZ
CON saludos de la luna al
reflejarse en el mar de la
poesía...
ESPERO SEAN DE VUESTRO AGRADO EL POST POETIZADO DE CARROS DE FUEGO, MEMORIAS DE AFRICA , CHAPLIN MONOCULO NOMBRE DE LA ROSA, ALBATROS GLADIATOR, ACEBO CUMBRES BORRASCOSAS, ENEMIGO A LAS PUERTAS, CACHORRO, FANTASMA DE LA OPERA, BLADE RUUNER ,CHOCOLATE Y CREPUSCULO 1 Y2.
José
Ramón...
pues sí, joder. Yo me encontré hace mucho en la basura una noche un montón de libros, pero no era un contenedor enterrado así que los que estábamos cogimos unos cuántos.
ResponderEliminarHola!
Los libros son putas que ya no quieren más. Ámalas hasta entonces.
ResponderEliminar"libros viejos" pero qué bien fabricamos tontos en este país
ResponderEliminarte sigo