lunes, 30 de mayo de 2011

ASÍ CONOCÍ A EDUARDO DIÉGUEZ

Fotografía tomaba por Eduardo Diéguez
A Eduardo Diéguez lo conocí en la Puerta del Sol, la semana pasada, algunos minutos después de que hubiera acabado la jornada de reflexión de las elecciones municipales. Todos los que estábamos allí reunidos lo estábamos, por tanto, ilegalmente.

Era posible que la policía cargara contra nosotros y que sucedieran desgracias similares a las que hemos visto han pasado en Barcelona ayer mismo. Había algo de tensión en el ambiente. También rabia.

La foto que aquí aparece fue tomada por el fotógrafo Eduardo Diéguez en aquellos precisos momentos. Yo no lo conocía, pero estaba junto a él, puede decirse que por casualidad, supongo. Llevaba la cámara de fotos atada al extremo de un mástil, un palo de unos dos metros, y tomaba fotografías de la siguiente manera: programaba el disparo automático en la cámara fotográfica y aupaba el mástil lo más alto que podía, como si el objetivo de la cámara fuera un ojo en una bandera inexistente. Desde abajo, algunos manifestantes sorprendidos veíamos, arriba en lo alto, el palo, la cámara y, al poco, el destello del flash. Luego Eduardo bajaba la cámara y miraba qué tal había quedado la foto.

Como soy muy curioso no pude evitar acercarme yo también a ver, a la par que él, el resultado en la pantalla digital de su cámara, con toda confianza, como si hubiera tomado la foto de un colega mío o algo así: miraba con él la foto, le sonreía y le decía con el pulgar levantado, ¡Buena Foto!. No era momento de más explicaciones como te puede imaginar... Pero también por otra razón: allí había muchísima gente, gente que me rodeaba y me empujaba por todos lados. Si nunca has sido parte de una aglomeración no podrías entenderlo, creo.

Éramos una multitud agobiada y agobiante. No se veía nada, no podía ver nada. No podía casi ni hablar por el RUIDO que había (ruido que creo que la fotografía logra captar bastante bien). Por ello, ver la foto de Eduardo era un manera de ver más allá, de ver qué estaba pasando a tan sólo unos metros de nosotros, aunque en realidad ya lo sabíamos: MÁS GENTE Y MÁS RUIDO.

Pero la foto molaba. Porque lograba captar todo eso que a mí me cuesta tanto explicar ahora. Después de mirar juntos algunas fotos que hizo mediante este sistema le pregunté si aquellas fotos se podrían ver en algún sitio. Me dijo que sí. Le pregunté dónde. Y su nombre. Y me dijo: Eduardo Diéguez, DYD Fotógrafos.com, o al menos así lo tengo apuntado en mi libreta. Luego se fue.

Pero el caso es que gracias a eso llegué a sus blogs y a esta foto. Es de esta manera, casi de casualidad, como tuve oportunidad de conocer y ver trabajar en directo a lo que yo considero debe ser un buen fotógrafo: oportuno, constante, innovador y callejero. Y que sea capaz además de otra cosa: captar un momento en una imagen que hable, y que esa imagen diga más que mil palabras. Que vuelva inútiles las palabras. Como lo son las que escribo en esta entrada, por ejemplo... Mira la foto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario