domingo, 7 de octubre de 2012

VIOLENCIA EN LAS AULAS

El otro día casi castigo a un alumno de mi clase. Iba ya a expulsarle del aula cuando, sin previo aviso, se quita la capucha y me dice, "¡Que soy compañero, coño!". Yo soy un poco miope, pero me acerco y sí, efectivamente, se trataba Julián, el profesor de matemáticas, que se había infiltrado en mi clase para alborotar y crear un clima de confusión y conflicto apropiado para el normal desarrollo del aprendizaje. ¡Menos mal que me di cuenta a tiempo y no le expulsé del centro un par de semanas, como era mi intención inicial! Pero bueno, lo mejor, las risas que nos echamos después  todos juntos en la sala de profesores. A pesar de todo el papeleo y la burocracia innecesaria, ¡qué divertido es mi trabajo!

3 comentarios:

  1. Me gusta eso del conflicto apropiado para el normal desarrollo del aprendizaje

    Salud

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  2. Dí que sí tión, lo has pillao a la primera. Divertidísimo con ese clima de confusión y alboroto tan necesario jajaja. Así salen con la mente lúcida, y te digo más ¡lúcida!. Me encanta la entrada, aunque ni de ficción un profe pueda -si mal no recuerdo- expulsar a un alumno de motus propio dos semanas, como mucho al pasillo o a lugares comunes del insti, pero has estado sembrado.
    Un besote o abrazo, todos menos salud! -que me suena hitleriano jaja, no te me enojes-


    Nená

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  3. Enhorabuena, veo que has empezado fuerte... Bs.

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