lunes, 4 de junio de 2012

CÁRCEL DE NAVALCARNERO

Este sábado por la mañana estuve en la cárcel de Navalcarnero invitado por la ONG Solidarios para el Desarrollo y la organización del Poetry Slam Madrid para compartir poemas y recitados con algunos de los reclusos que allí cumplen condena. Desde aquí mi agradecimiento a todos los que lo hicieron posible...

En la cárcel de Navalcarnero
Y la experiencia, como no podía ser de otra manera, fue muy interesante y enriquecedora, aunque uno siempre se queda con la sensación de haber visto el lado más amable y humano de un tipo de recinto, las cárceles, cuya mera existencia habla, y no muy bien precisamente, de nuestra sociedad.

Y justo eso fue lo que dije en mi presentación, que cuando me invitaron a recitar en una cárcel yo esperaba, en mi estulticia, recitar por primera vez en mi vida para banqueros, políticos, grandes empresarios, etc. que son quienes más roban, más matan, más trafican y más corrompen. Pero no: me encontré con personas de barrio, como yo mismo, con gente en la que me reconozco y a los que reconozco en mis amigos, familiares, etc. Vi víctimas más que culpables. Aunque lo cierto es que no pregunté a nadie por qué estaba allí. Pero sí, me pareció que los auténticos culpables de los males de la sociedad ni estaban allí ni estarían nunca.

Pero bueno, reflexiones aparte, si escribo esto es porque allí conocí a un tío muy simpático y dichararero que se llama Andrés Díez. Hablamos:

- Oye, te apellidas Díez, como yo. -le dije- Debemos ser primos o algo...
- Pues no sé... Lejanos, a lo mejor lejanos...
- Me gustó mucho el poema que leíste, primo
- ¿Sí? Pues te lo doy
- ¡Muchas gracias!
- Pero para que lo leas por ahí, si quieres, ¿eh?
- Claro, claro... Gracias

Y me dio un diminuto papel cuadriculado, más pequeño que un A5, manuscrito en bolígrafo azul por las dos caras. No hay título y dice así:

Largas horas de continuo meditar
en un recinto entristecido
donde hombres llenos de ansiedad
esperan con rostros sombríos
la tan deseada libertad

¡oh patio devorador de años
donde se evapora mi vida
y se ven tantos desengaños!

palabras promesas todo es mentira
unos decimos adiós y luego nada
todo se olvida

seres del mundo apartado
que se sienten marginados
y saben que serán señalados
por una sociedad mezquina
que no perdona que no olvida
el delito que con llanto han pagado

pero vendrá el día señalado
allá en cualquier lejano lugar
donde todos seremos juzgados
y ¡TÚ! sociedad
tendrás que pagar
¡TÚ!
no tendrás ni un triste recinto
ni un lugar donde llorar
¡TÚ!
tú tendrás lo que has dado
soledad
y nosotros tendremos nuestra ansiada
libertad

Andrés Díez

4 comentarios:

  1. ¡Vaya! Qué bonita iniciativa, y qué bien que publiques su poema. Me agrada mucho, y como a mí, supongo que a muchos.
    Beso,

    Nená

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  2. Estaré, si es posible, la próxima vez, ya que en esta ocasión, por haberme enterado tarde, no tuve acceso a los permisos necesarios para entrar.

    Grandes. Y GRANDE el poema. Y Andrés, y Antonio y la familia Díez ;) :D

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  3. Gracias por acercarnos a su mundo,por compartir poesía y experiencia.

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  4. Muy grande. Como la gente de barrio

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