sábado, 8 de diciembre de 2012

BENIGNO


Antes de que vuelva papá quiero que te vistas y tengas tus cosas recogidas, me decía el padre Benigno todos los martes por la tarde. Al principio yo todavía confiaba en que papá se diera cuenta de todo y me ayudara. No lo hizo. El padre Benigno solía hablar afablemente con él cuando venía a buscarme a la parroquia y me decía Tu padre es un buen creyente con media sonrisa pintada de soslayo sobre su pétreo rostro. Tenía razón: Para mi desgracia a mi padre jamás le faltó fe, siempre creyó ciegamente en las palabras de aquel hombre atroz.

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