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miércoles, 27 de abril de 2011

LA REVOLUCIÓN DE LOS CLAVELES

Una canción de José "Zeca" Alfonso, "Grândola, Vila Morena", era la señal para comenzar la llamada Revolución de los claveles. Sonó por la radio portuguesa el 25 de abril de 1974, marcando el inicio de la revolución. Poco tiempo después la dictadura de Salazar desaparecía en medio de las celebraciones de la gente por las calles. En los cañones de los fusiles del ejército, esta vez aliado del pueblo, se introducían claveles rojos. La democracia llegaba a Portugal.

La democracia... Treinta y siete años después de que sucediera todo esto me paseo por las calles de Oporto. Llueve un poco. Mañana es veinticinco de abril, aniversario de la Revolução dos Cravos -la Revolución de los Claveles, y yo camino, como digo, bajo una fina lluvia, por las calles del barrio de Campanhã, un barrio periférico y humilde de una ciudad también periférica de Europa. La crisis económica se hace notar en un país hostigado por el capitalismo y condenado por sus malos gobernantes.

Los malos gobernantes... No hay revolución que, por buena que sea, por bien que empiece, sobreviva mucho tiempo a unos malos gobernantes. Portugal cae. No ellos, no los corruptos. Ellos no, claro... Pero los camareros de  las cafeterías de Campanhã que me atendieron, los conductores de metro y de autobús que me llevaron hacia el centro de la ciudad de Oporto, las panaderas que me vendieron bollos de pan y dulces de chocolate, las dependientas de supermercado que me cobraron artículos diversos con a pesar de todo una sonrisa, los alcohólicos que se peleaban en la puerta de la estación sin que la sangre llegara al río... ellos, ellos, sí, alguno de ellos, escribió, supongo, esta pintada que vi en una pared del barrio...


[...Y al día siguiente, en la Avenida dos Aliados, grabé esto:

jueves, 14 de abril de 2011

UN ESPAÑOL HABLA DE SU TIERRA

Por ser catorce de abril, un poema escrito en el exilio por un gran poeta... han pasado 80 años desde la proclamación de la Segunda República... Quienes hemos trabajado en la recuperación de la memoria histórica nos hemos encontrado muchas veces con lo que este poema ya anunciaba, aquello de un día tú ya libre... pero mejor léelo tú misma:



Las playas, parameras
al rubio sol durmiendo,
los oteros, las vegas
en paz, a solas, lejos;

los castillos, ermitas,
cortijos y conventos,
la vida con la historia,
tan dulces al recuerdo,

ellos, los vencedores
Caínes sempiternos,
de todo me arrancaron.
Me dejan el destierro.

Una mano divina
tú tierra alzó en mi cuerpo
y allí la voz dispuso
que hablase tu silencio.

Contigo solo estaba,
en ti sola creyendo;
pensar tu nombre ahora
envenena mis sueños.

Amargos son los días
de la vida, viviendo
sólo una larga espera
a fuerza de recuerdos.

Un día, tú ya libre
de la mentira de ellos,
me buscarás. Entonces
¿qué ha de decir un muerto?

Luis Cernuda

viernes, 8 de abril de 2011

HABLANDO DE LEYENDAS EN ALCOBENDAS


Hoy viernes 8 de abril a partir de las ocho de la tarde estaré en el:



de Alcobendas - Paseo de la Chopera 59 : Sala 2,
(metro "Marqués de la Valdavia" - L10)

presentando el libro





Gracias a Impulso Creativo y Cultura Indigente por la invitación...


Por mi parte (y supongo que por la de todos) este recital estará dedicado en su totalidad a la memoria de nuestro amigo José Luis Zúñiga, músico y poeta, recientemente fallecido.

jueves, 31 de marzo de 2011

MAUTHAUSEN, EL CAMPO DE LOS ESPAÑOLES

Aunque parezca increíble también he hecho mis pinitos en el campo de la creación audiovisual... De esta manera pretendo también cerrar la historia que comencé a contar aquí y aquí:

Después de mi investigación sobre Mauthausen me di cuenta de que había acumulado gran cantidad de información y fotografías... Debido al carácter local de mi artículo mucho de lo que había recopilado y aprendido no era relevante para mi investigación concreta, aunque sí impactante e interesante desde el punto de vista historiográfico... Lo tenía todo archivado en una carpeta del disco duro y no sabía muy bien qué hacer con aquel material.


Finalmente decidí ponerme manos a la obra con algo sobre lo que tenía poca o ninguna idea: crear una película... Esta película-documental se llamó MAUTHAUSEN, EL CAMPO DE LOS ESPAÑOLES, y en ella se trataba de explicar la experiencia de los deportados españoles en este campo de concentración nazi... El resultado final son estos cuarenta minutos de documental casero, divididos en nueve mini-capítulos:


1.- El Campo de Concentración de Mauthausen

2.- Triángulos Identificativos

3.- La Cantera

4.- Vida Diaria de los Presos

5.- Cámaras de Gas y Crematorios

6.- Los Españoles

7.- Los Mandos Nazis

8.- La Liberación

9.- Homenajes y Memoriales


Desde que lo publiqué únicamente en internet hace tres años, el documental se puede ver de manera libre y gratuita aquí:



Dura unos cuarenta minutos aproximadamente porque una de mis intenciones era poder utilizar este vídeo en la enseñanza (una clase de secundaria suele durar entre 45 minutos y una hora, dependiendo), ya fuera para tutorías, clases de historia, maes, ética, ciudadanía... así como para que pudiera ser proyectado en videofórums, asociacones cívicas, juveniles o de cualquier otro tipo... Por eso desde aquí digo: s
i eres profesor o miembro de algún grupo y quieres el vídeo con una mejor resolución que la que tiene en internet me lo pides y te lo mando a cambio de nada con una única condición: que se muestre de manera libre y gratuita...


Y desde ahora este vídeo se quedará permanentemente en la barra lateral derecha de este blog. Salud.

jueves, 24 de marzo de 2011

FUENLABREÑOS EN LOS CAMPOS DE EXTERMINIO NAZI

Hace unos días conté aquí la historia de este artículo, aparecido en la revista "Fuenlabrada Ciudad"... Y ésta es la versión resumida que finalmente se publicó:


Instantánea de la liberación efectuada por tropas estadounidenses del campo de concentración de Mauthausen, el campo de los españoles, el 5 de mayo de 1945.


La reciente publicación del Libro Memorial compilado por los historiadores Benito Bermejo y Sandra Checa, en el que se recogen los nombres de los cerca de diez mil españoles que fueron deportados por los nazis a sus campos de concentración durante la Segunda Guerra Mundial, nos confirma que al menos dos vecinos de Fuenlabrada sufrieron aquel infierno indescriptible.

De los cerca de diez mil españoles que pasaron por estos campos, 530 eran vecinos de la Comunidad de Madrid, un 6% del número total de deportados españoles. Aparte de estos dos vecinos de Fuenlabrada, aparecen registrados otros prisioneros naturales de diferentes localidades del sur de Madrid: De esta manera comprobamos que fueron deportados a los campos nazis dos vecinos de Getafe, dos de Leganés, dos de Móstoles, uno de Parla, dos de Pinto… y así hasta de más de cincuenta localidades de nuestra Comunidad. Pero, ¿Cómo llegaron dos de nuestros vecinos a caer prisioneros en estos atroces campos?

Tomás González Hurtado y Emiliano Solana Fabián, vecinos de Fuenlabrada, llegan a Francia junto con otros cientos de miles de exiliados de la guerra civil huyendo de la represión del ejército franquista. Las autoridades galas recluirán a estos refugiados en campos de prisioneros ubicados en playas del sur de Francia mientras deciden qué hacer con ellos. Al dar comienzo la Guerra Mundial, las autoridades francesas emplearán a los exiliados como mano de obra esclava para reforzar las defensas en la línea Maginot por lo que, cuando el ejército nazi penetra en Francia, un gran número de españoles será capturado. Unos 7.500 de ellos irán a parar finalmente al campo de concentración de Mauthausen, en Austria, con la aquiescencia del régimen franquista, que no los consideraba españoles sino “apátridas”. Sin embargo, no todos los españoles serán hechos prisioneros; algunos huyen y se unen a la célebre Résistance. Convertidos en maquis combatirán contra los invasores alemanes mediante acciones guerrilleras.

Nuestros vecinos Tomás y Emiliano son capturados por los nazis tras la invasión alemana de Francia en 1940 e ingresan juntos en el campo de concentración de Mauthausen el 27 de enero de 1941, procedentes ambos del campo de trabajos forzados de Fallingbostel. Se calcula que más de 120 000 personas fueron asesinadas en Mauthausen mediante las cámaras de gas móviles de monóxido de carbono, las tristemente famosas cámaras de gas “Zyklon B”, la congelación mediante duchas frías y posterior exposición a temperaturas heladas a la intemperie, los experimentos médicos abominables, los tiroteos indiscriminados, los ahorcamientos, la electrocución, los fusilamientos y sobre todo, el hambre y las enfermedades propias del hacinamiento, la suciedad, los malos tratos y la falta de higiene y de atención médica.

Tomás González Hurtado, que había nacido en Fuenlabrada el 7 de marzo de 1907, recibió el número de prisionero 6.618 tras su entrada en Mauthausen. Apenas seis meses después de su ingreso en este campo de concentración, el 30 de junio de 1941, Tomás fue transferido al campo anexo de Gusen donde, según los documentos del campo, fallecería por causas aun sin aclarar el 1 de enero de 1942.

En cuanto a Emiliano Solana Fabián, nacido en Fuenlabrada el 23 de julio de 1915, recibió el número 6.559 tras su ingreso en el campo de concentración de Mauthausen y consiguió mantenerse con vida hasta la liberación del campo el 5 de mayo de 1945, gracias a las sucesivas derrotas y al repliegue del ejército nazi y al avance de los ejércitos aliados.

¿Y qué fue de nuestro vecino Emiliano tras su liberación? Nada sabemos, ya que para él no era posible volver a España, y mucho menos a Fuenlabrada donde se arriesgaba a ser reconocido y a sufrir las represalias de las autoridades franquistas locales. Durante todos estos años de anonimato forzoso su historia ha permanecido olvidada por su propio pueblo, si bien desde ahora que comienza a ser posible recordar su memoria es muy posible que gracias a futuras investigaciones se puedan encontrar nuevas pistas que nos aclaren la respuesta a ésta y otras preguntas.

POSTDATA (8 de febrero 2019)

Diez años han pasado desde que escribiera este pequeño artículo. Muchas cosas han cambiado entonces en el mundo y en mi vida, así como en el volumen de información y de documentación accesible a través de internet que de otro modo permanecería por siempre oculta e ignota para mí.

Es por ello que hoy, 8 de febrero de 2019, tengo que volver sobre mis pasos para hacer una rectificación a este artículo: Emiliano Solana Fabián, según un documento que acabo de recibir, no es natural de "mi" Fuenlabrada, sino de Fuenlabrada de los Montes, provincia de Badajoz.

Esta rectificación no afecta en nada al resto de información tanto de un deportado como del otro: todo está documentado, el resto del artículo contiene información fiable y correcta. Simplemente el lugar de nacimiento, por simplificar, aparecía en los documentos que hasta ahora había consultado como "Fuenlabrada" cuando en realidad era el florido, bello (y largo) nombre de "Fuenlabrada de los Montes".

¿Y qué fue de él tras su liberación? Me preguntaba hace diez años... Pues un par de cosillas he podido saber: que en los años 50 emigró a Sudamérica, pasando al menos por Argentina y Brasil, donde vivió algunas aventuras singulares que quedan fuera de esta investigación y que tal vez algún día cuente cuando escriba sobre los deportados del pueblo hermano de Fuenlabrada de los Montes, puesto que el número de deportados de este pueblo asciende ahora de cinco a seis: Felipe Barbo Ramírez, Vicente Camarero Picatostes, Ginés Higuera Toledo, Félix Campos, Antonio García Rodríguez y Emiliano Solana Fabián.... Espero tener fuerzas y salud para afrontar ese proyecto algún día.

viernes, 18 de marzo de 2011

HISTORIA DE UN ARTÍCULO

En la zona de la derecha de este blog he puesto las publicaciones en las que de algún modo u otro he participado. Pinchando sobre ellas se va al enlace correspondiente en el que se detalla más información... No están todas mis publicaciones ni todos mis artículos: algunos fueron publicados en páginas web que a día de hoy han desaparecido, otros fueron publicados únicamente en papel, en revistas, etc. que no tienen dirección de internet. Sí, ya sé que parece increíble: revistas que no tienen página web. Un caso especialmente raro de inexistencia en internet es el de la revista municipal del ayuntamiento de Fuenlabrada: "Fuenlabrada Ciudad". Hace unos tres años publiqué un artículo en esta revista y ésta es la historia que ahora quiero contar. La historia de la publicación de aquel artículo...

Cuando volví a España después de varios años en Inglaterra me puse a investigar sobre la historia de mi ciudad, pueblo o lo que sea: Fuenlabrada. Hice lo lógico, acudir al archivo municipal localizado en uno de los sótanos del ayuntamiento nuevo. Allí, una mujer de trato difícil me complicaba las cosas, parecía que más que archivo municipal era su archivo privado y había que tener mucho tacto para poder consultar lo que se suponía que uno podía consultar por el mero hecho de solicitarlo. No me entretendré mucho más con esta parte de la historia ni con esta mujer, porque sinceramente no merece la pena. El caso es que allí, casi de casualidad encontré un libro que llevaba -y lleva- por título: Libro Memorial. Españoles deportados a los campos nazis (1940-1945), libro que hoy se puede consultar en la página del ministerio de cultura y que incluso incorpora un buscador... Dicho libro contiene los nombres, clasificados por provincias, de los españoles que fueron deportados a los campos de concentración y exterminio nazi durante la Segunda Guerra Mundial.

Allí pude leer por primera vez que en aquellos campos de horror y muerte habían penado tres (¡3!) fuenlabreños. ¿Cómo era esto posible? En 1936 Fuenlabrada era un pequeño pueblecillo de menos de mil habitantes, campesinos en su mayoría. ¿Qué camino, qué tremenda historia, llevaba a un humilde hombre de un pueblecito remoto al campo de concentración de Mauthausen? ¿Y por qué me enteraba ahora, prácticamente de casualidad? ¿Por qué no hay ningún rastro de ello en mi ciudad? La cosa no acababa ahí; además de ellos tres había deportados de otros muchos pueblos de alrededor: dos de Leganés, dos de Getafe, dos de Pinto, uno de Parla, dos de Móstoles... Y así hasta 530 solamente de la Comunidad de Madrid. Cerca de 10.000 de toda España. Decidí investigar el tema...

Pero antes, y aquí comienza realmente la historia -perdón por la tan larga introducción- concerté una cita con el editor de la revista municipal, cita a la que al final no pude ir aunque sí mi padre, que me contó la siguiente conversación:

- Buenos días, le quería consultar un asunto. Mi hijo está preparando un artículo sobre los fuenlabreños deportados a los campos de concentración nazi y nos preguntábamos si sería posible publicarlo en la revista municipal, en la sección de historia que tienen.
- Vaya, qué interesante. Claro, claro. De los republicanos, ¿no?
- Sí
- Por supuesto, espérese, mire... -Y abrió un cajón lleno de cosas entre las que empezó a rebuscar- Mire, mire, aquí la tengo -y desplegó ante mi padre una arrugada bandera republicana- Yo también soy republicano y claro que sí, ese artículo se va a publicar, tráigamelo cuando lo tenga listo
- Muchas gracias

Para los que no lo sepáis el ayuntamiento de Fuenlabrada lleva gobernado por el PSOE desde hace casi treinta (¡30!) años y, aunque matemáticamente no lo necesita, está coaligado con Izquierda Unida que tiene, tanto en la época de esta historia como a día de hoy, dos concejales.

Al cabo de unos meses que me los paso leyendo libros diversos, artículos, etc. -e incluso entrando en contacto a través de internet con los archivos en Alemania de los campos de concentración, a quienes debo agradecer la amabilidad con la que pusieron toda su información a mi disposición (en clara antítesis con su homóloga de Fuenlabrada)-, soy yo en persona quien entra en el despacho del "republicano" de la revista municipal.

En ese tiempo había descubierto que no eran tres, sino dos los fuenlabreños que habían sufrido los campos de concentración. El tercero, Félix Campos se llamaba, no era de mi pueblo sino de Fuenlabrada de los Montes, provincia de Badajoz. Por un error comprensible aparecía erróneamente atribuido a la Fuenlabrada de la provincia de Madrid. De esta manera, y junto con otro nombre que descubrí en mi investigación y que no aparecía en el libro del ministerio de cultura, resultaban cinco (¡5!) deportados a los campos nazis de este pequeño y entrañable pueblo extremeño... Por cierto, y perdón por volverme a desviar del asunto, pero todo hay que decirlo: cuando me puse en contacto con uno de los profesores universitarios que habían coordinado el Libro Memorial para comunicarle el error y facilitarle la información que había conseguido para enmendarlo, no me hizo ningún caso. Le mandé un correo electrónico que nunca fue contestado.

Pero sigo. Decía que pasado el tiempo vuelvo al ayuntamiento con el artículo terminado.

- Hola. Soy Antonio Díez, el del artículo de los campos de concentración. ¿Se acuerda de mí?
- No
- Estuvimos hablando hace un tiempo, le dije que estaba investigando sobre los fuenlabreños deportados a los campos de concentración y exterminio nazis
- Ah, ya... ¿Y qué pasa?
- Pues que aquí está el artículo -y le dejé sobre la mesa los tres folios que representaban varios meses de investigación y de lectura de textos y documentos en varios idiomas, sobre todo alemán y francés.
- Espera un momento, voy a hacer una llamada
- ¿?

Y llama y aparece otro tipo. Esta vez sí el "jefe" real de la revista municipal y no un chupatintas con ganas de tirarse el pisto.

- ¿Qué traes?
- Un artículo sobre los fuenlabreños que...
- Ah... Déjame ver
- Tenga

Y se lo acerco. Lo leyó despacio, con rostro pensativo

- Aha... aha... uhum... uhum.... Bien... Vale. Esto no sé si se va a poder publicar
- ¿Cómo dice?

La bandera republicana supongo que seguiría arrugada en el fondo de un cajón de aquel despacho. Esta vez nadie tenía ganas de sacarla a pasear. El tipo que habló con mi padre el primer día mucho menos.

- Que no sé si se va a poder publicar esto.
- Pero a mí me dijo este señor que él, como director de la revista, lo iba a publicar
- ¿Que te dijo qué? El jefe soy yo y no se puede publicar nada sin mi consentimiento

El tipo aquel me daba pena y risa a la vez, pero yo no había venido a sacarle los colores, sino a publicar la tremenda y durísima historia REAL que había estado investigando durante varios meses en mis ratos libres.

- ¿Y por qué no se puede publicar?
- Pues porque reabriría heridas, no es conveniente
- ¿Cómo? ?¿?¿?¿?

Por aquel entonces el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, estaba estudiando la redacción final de la conocida como Ley de la Memoria Histórica junto con expertos, asociaciones de víctimas y otros líderes políticos. Mientras esto sucedía, aquellos que todavía simpatizaban con el régimen franquista o que directamente tenían miedo de que se descubrieran sus desmanes predemocráticos recurrían a la cantinela de "no hay que remover el pasado ni reabrir heridas"...

- No creo que este artículo reabra ninguna herida. En todo caso tal vez ayude a cerrarla. Y por otra parte es un artículo diseñado para la sección de historia de la revista. Es historia y de todo lo que hay en él escrito tengo pruebas documentales.
- Es que además esto abriría "un melón"
- ¿Un melón? -Yo lo estaba empezando a flipar...
- Sí, si tú publicas este artículo otra gente va a querer hacerlo también, y...
- ¡Pues ojalá! A ver si vamos a tener aquí en Fuenlabrada una cantera de historiadores y no lo sabemos. Además, la revista municipal, ¿de quién es? ¿no es de todos? ¿no está para eso? ¿para qué está sino?
- Bueno, para publicar esto yo tengo que conseguir autorización "de arriba", ¿me entiendes?
- Claro que sí...

Y no sé que más me contestó, porque yo ya había recogido mi artículo de su mesa y me había dado la vuelta. Era perder el tiempo. Pero el tipo tenía razón, él era un don nadie, un oscuro funcionario cuyo puesto dependía de los vaivenes políticos y que no podía arriesgar ni un ápice por su cuenta y riesgo si quería conservar la talegada que debía cobrar por elaborar una revistilla municipal.

Así que decidí tirar de gente y amigos que conocía para poder ir a hablar directamente con el alcalde. Pero antes pasé por el despacho de Teresa Fernández, la concejala de Izquierda Unida, que suponía debía tener mano en el ayuntamiento e incluso interés en la publicación del artículo. Durante las anteriores fiestas patronales un grupo de nazis amenazaron con prender fuego el chiringuito de Izquierda Unida y, aunque no lo consiguieron, arrancaron de cuajo la bandera republicana que tenían como decoración. Hablé con ella, hizo un par de llamadas y me dijo:

- Vete a hablar con el alcalde

Y allá que fui. Pero no pude hablar con él, todavía no... En la puerta me hicieron esperar aún un buen rato. Con la tontería ya llevaba allí más de tres horas, sentía hambre, cansancio, tenía mil cosas que hacer y no estaba sacando nada en claro. Mientras pasaba el tiempo y me empezaba a preguntar por qué perdía mi tiempo en un ayuntamiento me recibieron por fin dos de sus secretarios.

- Buenos días
- Buenos días
- ¿Sobre el artículo, no? -me dice uno de ellos
- Sí
- Me lo deja ver
- Por supuesto

Según se lo entrego lo empieza a leer. La reacción me resultaba conocida:

- Aha... aha... uhum... uhum... Bien... Vale... Ummm... es un artículo polémico...
- ¿Polémico? ¿Por qué?
- Pues porque reabre viejas heridas y...
- Un momento, eso ya me lo ha dicho antes su compañero. No reabre heridas. Es historia.
- Es historia según se mire, puede ofender a ciertas personas...
- ¿A quién? Mire, le diré una cosa: en este artículo no se ofende a nadie. Al contrario. Se reivindica la memoria de dos de nuestros paisanos que vivieron el infierno de los campos de concentración. Aunque ahora que lo dice sí, sí que en el artículo se ofende y se denuncia a ciertas personas: a los nazis. Por eso le digo, y me comprometo a ello, que si una vez publicado les llegara una querella del Tercer Reich por lo que yo pongo ahí que sepan que asumo toda la responsabilidad... Es más, estoy dispuesto a firmarlo. Tráigame un papel en el que ponga que ustedes no se hacen cargo de las posibles ofensas hacia la Alemania nazi, y que yo, Antonio Díez, soy el único que responde de este artículo y lo firmaré encantado...

Y es que ya me estaban tocando los huevos. Estaba harto. Era tardísimo, no estaba llegando a ningún lugar. Había tenido que contar la misma historia a cuatro personas ya. Y nadie parecía tener conciencia del valor del artículo, sólo veía miedo, irracionalidad e incompetencia. La ciudad en la que vivo estaba, y está, en sus manos.

- Mira no te lo tomes así. El alcalde es una persona muy conciencia con esos temas. Su propio padre estuvo preso en Cuelgamuros construyendo el mausoleo de Franco después de la guerra, y...
- Mire, este artículo, el artículo que acaba de leer, lo he escrito yo. Yo. Y no De Juana Chaos...

Por aquel entonces quizá recordaréis que el etarra Iñaki De Juana Chaos había sido encarcelado tras publicar dos artículos en la presa por los que se le acusó de pertenencia a banda armada y amenazas.

- Tampoco digo eso.
- ¿Sabe que le digo yo? Que me devuelva el artículo. Devuélvamelo. Me lo llevo. Esto es una pérdida de tiempo y prefiero no publicarlo en su revista municipal. Ya lo publicaré por otro lado, hay mil sitios. Y más ahora con internet. Lo puedo publicar donde quiera. Eso sí: el artículo llevará una nota al pie que dirá "El ayuntamiento de Fuenlabrada, gobernado por PSOE e IU, se negó a publicar este artículo porque reabría heridas y podría ofender a la Alemania nazi"...
- Bueno tampoco te pongas así. Mira, dame el artículo, lo vamos a publicar
- ¿Sí?
- Sí
- Pues tome, aquí se lo dejo

Y sí: lo publicaron: la versión reducida de una página, ya que la de tres páginas era demasiado extensa, me dijeron. Y, por supuesto, no cobré nada por ello: ni yo lo pedí ni me lo ofrecieron. Enhorabuena por ellos... Pero antes de irme a casa, ya que tenía cita y me estaba esperando, pasé a saludar a Manuel Robles, alcalde de Fuenlabrada, quien efectivamente, me contó la historia de su padre en Cuelgamuros y otra historia que de momento no voy a contar sobre un juicio que tuvo hace algunos años por reabrir heridas. Eran otros tiempos y no lo tengo que contar yo, supongo que lo contará él algún día de estos. Si se atreve.

Todo fueron buenas palabras con el alcalde. Me resultó un hombre de trato cercano y cordial. Así que aproveché que estaba allí charlando con él y le dije:

- Señor Alcalde, sería de justicia crear un memorial, un monumento a estas dos víctimas de la barbarie nazi -en Fuenlabrada nos encantan los monumentos- e incluso ponerle sus nombres a una calle o plaza -en Fuenlabrada se estaban construyendo y planificando, en ese momento anterior al estallido de la burbuja inmobiliaria, diversos desarrollos urbanísticos.
- Sí, estaría bien. Pero hay unos trámites, ya sabes. Todo se verá

Pero no se hizo nada al respecto.

Y por eso, a día de hoy, como la revista municipal no tiene versión online, el artículo que escribí con la historia y los nombres de los fuenlabreños que fueron deportados a los campos nazis se habrá convertido en lo mismo que tantos otros hombres, mujeres y niños que tuvieron la desgracia de ser exterminados en esos campos del horror: cenizas y humo.