domingo, 19 de mayo de 2013

EL CAFÉ DE TUS LABIOS

Cada mañana, lo primero que necesito para despertarme es tomar un vaso largo de café bien cargado que me permita afrontar el día con un mínimo de garantías. Pues bien, aquel día me tomé dos porque tenía una cita muy importante y realmente complicada: si aprobaba el examen al que me habían convocado en mi empresa, me convertiría en el nuevo y flamante ayudante de lavaplatos de la pizzería donde trabajaba, con el incremento salarial y el prestigio social que ello conlleva. No debía pues andarme con tonterías.

Lo que no sabía es que algo sorprendente estaba a punto de ocurrirme... Cuando iba a ponerme la chaqueta para salir de casa, sonó el timbre de la puerta. Abrí. Allí plantados, dos tipos bien peinados y trajeados me sonreían. El más alto me dijo:

- Buenos días, caballero... ¿Tiene cinco minutos para hablar de Dios?
- No, la verdad es que no
- ¿Ha pensado usted en el fin del mundo?
- Sí, eso sí. Bastante a menudo. Soy de izquierdas y del Atleti
- Bien, pues según nuestra creencia, cien mil naves espaciales están de camino para rescatar a aquellas almas buenas antes del inminente apocalipsis
- ¿Cuándo será eso?
- Suponemos que el jueves de la semana que viene
- ¿A qué hora?
- A eso de las nueve y media de la noche, aunque puede depender de la trayectoria de traslación de la Tierra
- ¡Ah, muy bien! Me interesa... Veran, tengo un examen muy importante en media hora, pero no me importará perder esta gran ocasión que me brinda la vida para que ustedes me puedan contar sus teorías
- ¿En serio?
- ¡Por supuesto que no! ¿Creen que no tengo otra cosa que hacer que escuchar sus cuentos chinos? ¡Fuera de mi vista!
- ¡UN MOMENTO!
- ¿Qué?
- EL CAFÉ, EL CAFÉ DE TUS LABIOS... ES...
- ¿Qué pasa?
- Tienes la mancha de café en los labios, ¡LA MANCHA SAGRADA!
- ¿Qué mancha sagrada ni qué hostias?
- Según nuestras escrituras, el mesías portará una mancha de café en los labios con la forma del estado de Winsconsin, lugar en el que nació nuestro líder, ¡exactamente como la que tú tienes! ... Por favor, permite que nos arrodillemos ante ti, ¡oh señor!
- ¡No! Levantaos, ¡dejadme salir!
- Dinos, oh enviado de Dios, ¿estás dispuesto a instruirnos con tu saber y dirigir unas palabras esta misma tarde en nuestra logia?
- ¡Un momento! Primero quiero preguntarte algunas cosas
- Será un placer, oh señor
- ¿El puesto de enviado de Dios que me ofrecen es fijo o eventual?
- Fijo, por supuesto
- ¿Se cobra más de cinco cincuenta euros a la hora?
- Sí, bastante más, señor
- ¿Hay que fregar platos?
- Ninguno, no señor, no
- De acuerdo. Llevadme a vuestro templo, tengo algo importante que comunicaros
- ¡Alabado seas!

El templo de "Los hermanos de Orión", que así se llamaban, no era sino el almacén de una frutería de mi barrio. Me sorprendió que, al llegar allí, muchas caras me eran conocidas: la mayoría de vecinos y/o pequeños comerciantes de la zona eran hermanos de Orión. Nunca lo hubiera sospechado.

Fui recibido con fuertes aplausos y vítores, mi mancha de café brillaba bajo los fluorescentes del almacén y un coro de niños entonaba una canción de Juan Luis Guerra. No quise demorar mi mensaje a mis nuevos correligionarios:

- ¡Hermanos! los bebedores de café hemos sufrido mucho estos últimos años y ha llegado el momento de decir basta. Es inaceptable esta situación en la que, guiados por Satán, los enemigos de Orión infiltrados en el gobierno, han prohibido fumar el cigarrillo santo de después del café dentro de los locales de este país maldito. Ha llegado el momento de responder con fuego a las provocaciones, ¡ADELANTE, HERMANOS!

Durante los siguientes tres días, las hordas que actuaban bajo mi mandato incendiaron la mayoría de edificios públicos y cafeterías de la ciudad, nadie oponía resistencia porque los hermanos de Orión, para mi sorpresa, éramos legión, muchos más de los que hubiera soñado. Tan solo un pequeño sector de la policía se resistía a duras penas a nuestra revolución, aunque ellos mismos sabían que no tenían nada que hacer: el café nos daba energía para combatir día y noche y mi ejército estaba mucho mejor armado. Además, hoy es jueves y, si los cálculos son correctos, a partir de las nueve y media llegaran las naves extraterrestres aliadas. Nada, nada puede detener a una tropa de fumadores enfurecidos y ésta es la lección que los hermanos de Oríón vamos a enseñar a la galaxia...

1 comentario:

  1. Disfrutar de la lectura y partirme el pecho son dos actividades muy saludables que siempre encuentro en tus relatos. Gracias por conmpartirlos!

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